Segundo nivel de análisis de la definición personal
Campo semántico: Ling. Conjunto de unidades léxicas de una lengua que comparten un núcleo común de rasgos de significado (Real Academia Española, 2017).
Adiestrar: 1. Hacer diestro, enseñar, instruir.
Del lat.: a- + diestro [lat. dexter (raíz indoeuropea dek-): derecho, que está
a la derecha.] + -ar. Se asociaba el lado derecho con augurios y presagios
favorables, así como con la habilidad habitual de la mano derecha. Destreza
procede de dextra, la forma femenina. Sin embargo, téngase en cuenta otra
acepción: 2. Amaestrar, domar a un animal. El educando se diferencia del animal
adiestrado, de la bestia, en que su naturaleza es humana y, por tanto, política
(el zoon politikón aristotélico). El hombre, ciudadano occidental contemporáneo, es libre y como tal ha de ser educado.
Enseñar: del lat. insignare [in (en) +
signare (señalar hacia)], que significa ‘brindar una orientación sobre qué
camino seguir’. El verbo signare procede del lat. signum, que significa ‘seña,
indicación o marca con un significado especial’. Hay una clara connotación con
respecto al verbo educare.
José Enrique Gargallo, profesor de Filología Románica en la Universidad de Barcelona, nos explica la etimología de enseñar en Para todos La 2 (La 2 de TVE).
Orientar: según Corominas y Pascual (1980, p. 297),
del lat. oriri, que significa nacer, ser oriundo (al igual que origen) y salir
(los astros). El Sol sale por el este, u oriente, y se pone por el oeste; quien
está desorientado no sabe cuál es su ubicación, se ha perdido. Por lo tanto, el
término conjuga el espacio con el tiempo.
No obstante, continuamos por una senda
ajena al imprescindible educĕre. De acuerdo con esta metáfora astronómica de raigambre etimológica, nuestra principal meta pedagógica será que cada educando
aprenda a leer el firmamento para trazar y seguir su camino.
Instruir: según Corominas y Pascual
(1980, p. 179), del lat. instruĕre, que significa ‘enseñar, informar’, ‘levantar (paredes,
etc.)’, ‘proveer de armas o instrumentos’ (clara connotación con respecto al
verbo educare) y/o ‘formar en batalla’. No obstante, considérese que
la Real Academia Español (2017) establece su sinónimo (a)doctrinar en la primera
acepción, quizás debido al matiz castrense.
Adoctrinar = a-1 [interviene,
sin significación precisa (p. ej. negación), en la formación de algunos
derivados] + doctrina + -ar. Según Corominas y Pascual (1980), “doctrinar
[Berceo], la forma adoctrinar, hoy quizá predominante, aparece a finales del S.
XVIII [Scío], aunque el DHist. cita dos ejs. del XV, comp. Cuervo, Dicc., II
1310-1311” (p. 509).
Doctrina (ciencia, sabiduría que es materia para ser
enseñada) = del lat. docere (enseñar) + -or (agente: doctor) + -ina (indica
relación o pertenencia). Otros términos con la misma raíz etimológica son
doctor (1. Persona que ha recibido el más alto grado académico), docente (quien
enseña), docto (sabio por haber sido enseñado) o dócil (que puede ser enseñado
por su disposición). Considérese también que la Real Academia Español (2017) establece que adoctrinar es “inculcar a alguien [educare] determinadas ideas o
creencias”. Sin embargo, a nadie se le escapa connotación negativa, falsaria y liberticida.
Manipular: del lat. manipulare, y éste del
lat. manipulus [manus (mano) + raíz de plere (llenar)], que significa manojo,
puñado. La acepción militar de puñado indica al grupo de hombres que un
mando puede manejar con facilidad, es decir, a la compañía de soldados
legionarios, trigésima parte de una legión. La subdivisión más
pequeña de una legión era la centuria (en época muy arcaica, formada por 100
hombres), grupo de 80 soldados de infantería comandado por un centurión. Dos centurias formaban un manípulo, 160 legionarios, al mando del cual
estaba el centurión más antiguo de las dos centurias. El manípulo era
considerada la unidad más manejable y operativa. El origen de la acepción
militar se remonta al estandarte denominado manipulus que, según la leyenda, en época de Rómulo consistió en un manojo de heno o de espigas atado a la punta
de una pica. Más allá de la etimología, todos conocemos el sentido de manipular tanto literal, ‘manejar con las manos’, como figurado, ‘alterar con
manejos una situación’.
Conducir: del lat. conducere [con (todo,
junto) + ducere, de raíz indoeuropea deuk- (guiar, arrastrar, llevar)], que indica habilidad de guiar personas. Continuamos por una senda ajena al
imprescindible educĕre. Algunos ejemplos en otras lenguas: to conduct (dirigir
la orquesta) y conductor (director de orquesta, un primus inter pares) en
inglés; o Conducător (conductor), título oficial de varios líderes políticos rumanos,
como Nicolae Ceaușescu; Duce, título propagandístico de Benito Mussolini; etc.
Recapitulando, según la semántica y la
etimología, adoctrinar no es lo mismo que educar porque ignora la dimensión de educĕre.
Además, como en el caso de manipular, anula la libertad del educando. ¿Cómo? En el primer caso se escuda en un argumento de autoridad académico/sapiencial y en el segundo, en otro de carácter
jerárquico. Es inadmisible.
Miguel Ángel Santos Guerra, catedrático emérito de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de Málaga, publicó la entrada Educar versus adoctrinar en su blog El Adarve (diario La Opinión de Málaga).
Condicionar: 2. Influir de manera
importante en el comportamiento de alguien o en el desarrollo de algo. Etim.
del lat. condicio [con (conjuntamente) + dicere (decir, indicar)]: la situación
que se ha indicado, que se ha convenido de común acuerdo para cualquier cosa.
Continuamos por una senda ajena al imprescindible educĕre: concienciémonos de
que hay vida más allá del útil conductismo pedagógico.
Formación: etim. del lat. = fōrma [‘forma,
figura, configuración, imagen’, ‘hermosura’ (relacionada con el verbo formare)]
+ suf. -ción (acción y efecto de formar, producir una forma).
Propaganda: según Corominas y Pascual
(1980), “tomado de latino propagare ‘amugronar ([acodar las] vides)’, ‘propagar’,
palabra emparentada con pangere ‘clavar, establecer’, y con pax […] propaganda
[Acad. ya 1843], sacado de la locución lat. de propaganda fide ‘sobre la
propagación de la fe’, título de una congregación del Vaticano” (pp. 444-445).
Considérese también que la Real Academia Española (2017) establece que es la “acción
y efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores”. La
connotación negativa de este término, motivada por su uso espurio, belicista, totalitario y
economicista desde el segundo decenio del siglo XX, no debe privarnos de su buen empleo, tan útil en casos como el de la educación. No obstante, continuamos
por una senda ajena al imprescindible educĕre.
Aprender: Corominas y Pascual (1980, pp. 638
y 640), señalan la etimología del lat. apprehendere (apoderarse) = ap- (hacia)
+ prae- (antes) + hendere (agarrar, atrapar). Se refiere al estudiante que persigue y captura el conocimiento como el gato que apresa al
ratón. Por fin, esta palabra sí evidencia el educĕre por encima del educare.
Referencias
bibliográficas
Corominas, J. y Pascual, J. A. (Colab.). (1980) Diccionario crítico
etimológico castellano e hispánico. Madrid: Gredos.
Diccionario etimológico español en línea. En http://etimologias.dechile.net/
Gargallo, J. E. (2013, 6 de junio). Para todos La 2 - Etimología:
enseñar [podcast televisivo]. En http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-etimologia-ensenar/1858722/
Real Academia Española (2017). Diccionario de la lengua española.
En http://dle.rae.es/?w=diccionario
Santos Guerra, M. A. (2017, 4 de noviembre). Educar versus adoctrinar
[entrada en blog]. En http://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2017/11/04/educar-versus-adoctrinar/
El libro gordo te enseña,
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y yo te digo contento:
hasta la entrada que viene.
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